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Aquella tarde nublada y con levante, Taimades se echó una siesta, que fue interrumpida varias veces por sus temores respecto a Terremoto-gato. Pero al final, como suele ser, llegó a él un extraño y misterioso sueño que parecía una película de fantasmas que ocurriese en su propia casa.
Taimades seguía pagando el resto de la hipoteca que faltaba a la familia a la que se la compró. Se habían ido ya sin embargo a otra, decían que más nueva y grande. El matrimonio tenía un niño y una niña que empezaban a crecer y dormían en la misma habitación. Él conservaba nombre cristiano porque se había convertido a otra confesión y casado con una vecina del país vecino. La casa tenía cocina, aseo, dos habitaciones y otra que hacía de salón. Se comunicaba "el salón" a un pasillo interior que con unas ventanas correderas, parecía un patio. A su vez, una ventana comunicaba este "patio" con lo que era la habitación de los niños. También tenía un pequeño pasillo interior. Contrastaba con el gran caserón donde Taimades había vivido dos decenios, con casi dos siglos de antigüedad, hermoso pero con los techos en ruinas. En él había escrito historias de terror, y a veces seguía soñando que moraba tras su puerta tapiada.
Ya en su nueva casa, Taimades planeó colocar su habitación en el salón, donde tenía espacio para meter el televisor y todo lo demás. En la habitación de al fondo, donde dormían los padres, iría otra habitación con la gran pecera, a la que su madre llamaba bromeando "el santo sepulcro". La habitación del niño y la niña era ideal para las dos gatas, que podían saltar por la ventana al "pasillo-patio". En esa habitación iba ahora el armario de madera de Taimades, que tenía desde niño. Lo nombraremos porque aparecerá en su sueño.
Efectivamente, Taimades soñó con lo que parecía una historia de fantasmas que estuviera viviendo una familia que viviese allí. Taimades tenía la peculiaridad de meterse dentro del cuerpo de los soñadores, e incluso manipularlos... Pero éste no fue el caso, no manipuló pero sí entró en sus cuerpos para averiguar lo que estaba pasando, en ese sueño. En esta familia faltaba la madre. No se sabe si estaba muerta o ausente. Pero estaba el padre, la hija mayor y el hermano menor. Taimades reflexionó después sobre el parecido con la familia que vivía allí, sintiéndose extrañado por la ausencia de la madre... La familia vivió una pesadilla cuando el niño empezó a comentar que era visitado por alguien, además desaparecía momentaneamente. El hombre gritaba desesperado, estaba siempre ofuscado por tener que cuidar a los niños solo y le costaba entenderlos. La hermana mayor parecía que se tomaba más en serio lo que contaba su hermano, que hablaba "solo"...
Esta hermana mayor descubrió un secreto dentro de la casa. Se trataba de la ventana que comunicaba el pasillo-patio con la habitación de los niños. Cuando se miraba através de ella hacia el interior, se veían las cosas opacas y diferentes, y por fin vió a las dos mujeres, ambas desvestidas, que entre risas jugaban, se entretenían y jugaban con el niño, al que escondían dentro de otras habitaciones huyendo de la presencia del padre y la hermana. Ésta comentó al padre lo que había visto, y lo cierto es que se asustó. Finalmente ella misma, que se quedaba mirando al interior de la casa por esa ventana, vió a su propio padre pasar por el pasillo y le dijo que se detuviera... Ambos llevaban media hora buscando al niño que no aparecía. Pero Taimades sabía que los tres se habían metido dentro del armario de madera, y allí se habían perdido en su oscuridad, como si hubieran entrado en otra dimensión. La hermana detuvo al padre, que lo vió muy cambiado. Le salían patas de araña de la cabeza rodeándole el cuello, y por cierto, las movía. Pero lo peor era la pata grande que le salía de lo alto de la cabeza, al estilo de un escorpión pero acabada en una garra de una o dos uñas...
La parte final y más extraña del sueño es esa, la hermana mayor aconseja al padre que no se acerque al niño porque él puede ver esa garra, que representa su agresividad con él y que le está haciendo alejarse cada vez más de este mundo y adentrarse en el de las otras dos... El sueño debió ser recurrente, porque Taimades despertó justo antes de que se le hiciera más tarde. Después reflexionó mucho. Las personas no se parecían a las del mundo real, pero seguro que representaban a las mismas.
Muchos piensan que los fantasmas provienen de los muertos. Pero lo cierto es que nosotros mismos creamos fantasmas, y todavía vivos se proyectan en la casa donde vivían, y en la mente del soñador... Pero todo era muy complejo, con lo de las dos mujeres. Taimades no las vió muy bien, pero sospechó de "esa persona" y su amiga, sobre todo por la estatura de una de ellas. Tenía sentido que esa persona pululase por sus sueños. Sin embargo Taimades también pensó en sus dos mininas que ahora ocupaban esa habitación... Taimades descubrió que sus mininas y ellas están ligadas de alguna manera a aquellas otras dos... Y recordó las historias sobre brujas. ¿Quién miraba realmente a Taimades através de los ojos de sus mininas?
Todo se había mezclado en su sueño, que sin embargo le intentaba mostrar la cruda verdad. Los fantasmas de los vivos y anteriores inquilinos se estaban mezclando con los suyos propios procedentes de su pasado, através de la mirada de las dos felinas... Taimades reflexionó más sobre su sueño y sintió que algo no iba bien. Comprendió que el pasillo-patio era un lugar lleno de luz, que contrastaba con el interior. Sobre todo con el armario y su oscuridad interna. El armario no cerraba bien y el entretenimiento de las dos gatas era abrirlo para hacer fechorías. De manera que Taimades lo vació y lo dejó para las dos gatas, que además podían usarlo como refugio antiterremoto. Pero aquel cajón construido con madera de árboles escondía una oscuridad que en sueños a Taimades se le hacía muy profunda.
De vuelta a casa, Taimades se propuso buscar ese mal. Miró alrededor de su propia habitación, el antiguo salón, y le llamó la atención su revestimiento de madera de las paredes, que llegaba hasta la mitad de la pared. ¿La madera inerte también se comunicaba con Taimades?... Incluso él mismo había acabado dedicándose a la enmarcación, y también trabajaba con maderas. Y Taimades sabía sobradamente lo que pasa con los árboles... Incluso recordó de otro sueño, el casco tallado con la forma de un búho que portaba aquella mujer, hecho igualmente de madera... Taimades sabía que en la casa de al lado, la de los vecinos, había otra habitación, y en esa pared, un armario empotrado a la pared que hacía de parapeto auditivo entre ambas casas. Esto era así desde antes de que Taimades llegara a la casa, y mientras vivían los anteriores vecinos, que quizá también aislaron auditivamente las casas usando la madera.
Aunque a Taimades le faltaban soñar sueños recurrentes futuros, sabía que el mal provenía de sus pasados despertares nocturnos, sobresaltado y taquicárdico. Anteriores a su dolor de pecho, y anteriores al terremoto nocturno. Anteriormente, el mal se le había presentado a Taimades através de sus oidos, que eran finísimos y podían atravesar la pared y los parapetos de madera. La casa era de un vecino joven y casado, con muchos niños pequeños. Pero en la casa vivía su madre, que todavía no llegaba a anciana. Junto con un novio de su edad, que era además un hombre casado y con hijos mayores aparte...
Todo lo que había oido Taimades anteriormente era lo normal o lo que podía esperarse, ya que las habitaciones eran contiguas... La hermana de la vecina, más joven, también hacía visitas, y así se entretenían... También estaba casada y con niños pequeños... Todo era muy divertido, pero la casa también hacía de guardería. Muchos niños, muy pequeños, nietos de la vecina e hijos del propietario, y también los hijos de la otra hermana... No se estaban juntando cosas buenas en esa casa, y aunque el mal tardó en llegar, acabó haciéndolo. Después los gritos se ahogaron en la lejanía de la casa, pero Taimades quedó muy afectado. Escuchó posteriores discusiones, y "el novio", estaba cada vez más enfermo. Acabó en el hospital con varios órganos dañados y no volvió a la casa. Incluso pidió perdón y se reconcilió con su familia con la que volvió. Pero cuando ya parecía recuperado, la muerte vino a por él.
Su vecina no comentó mucho, y aprovechando una remodelación en su casa que enseñó a Taimades, le enseñó la habitación y un nuevo armario empotrado, que cubría ahora toda la pared y tenía unos cierres herméticos. Efectivamente, oir se oía menos, aunque el finísimo oido de Taimades seguía escuchando cosas. Pero no graves. Aunque el mal no suele ser cosa de uno solo. Taimades recibió una dura lección sobre la naturaleza de sus congéneres. Pero su sueño indicaba hacia la oscuridad del armario. Quizá lo sensato sería entrar dentro del armario, sentarse y reflexionar, ante las miradas espías de sus mininas.
Taimades había sufrido por culpa de ese mal, que le había despertado y hecho un profundo daño. El Tirano también le despertado de noche con sus temblores, sobre todo aquella noche de enero de terror... Y todavía con su dolor de pecho... Lo siguiente probablemente era mostrarle a Taimades la verdad en sueños. La oscuridad del ser humano, sus tinieblas, y la ira que emana desde la luz hacia ellas. Taimades no temía por haber hecho algo malo, no podía hacer nada más de lo que hizo, contarlo a quien debía. Pero el mal probablemente seguía obrando en otras oscuridades, humanas y de otras casas. Y el Tirano no perdona. Taimades lo conocía y lo temía como a nada comparable. Y sabía sobradamente que si era necesario se llevaría a Taimades y a todo lo que se le pusiera en su camino.
Demasiados niños despertando llorando en la madrugada, en casas que no son de sus padres, exactamente. El Tirano representaba esa misma sinfonía y se despertaba a esas horas sacudiendo la tierra. Y a pesar de que en teoría, lo peor de los terremotos había ya pasado, Taimades temía más que nunca, porque sabía que esos gritos nocturnos seguían existiendo, y que el Tirano podía barrerlo todo si quería, en un instante. Debía apartarse de la oscuridad, o sería también barrido por una fuerza aniquiladora. Algo terrible.
JoseUser12 @ es 1
Koko
La gorila que inspiró a Michael Crichton para la novela “Congo”
ha tenido que resignarse a no ser mamá pero en cambió,
recibió un lindo regalo que la tiene muy feliz, conoce su historia aquí.
Koko es diminutivo de Hanabi-Ko, que significa “Hija de los fuegos artificiales” en japonés
en referencia al día de su nacimiento, (4/07/1971)
(el Día de la Independencia de los Estados Unidos).
La gorila Koko recibió un regalo especial por su 44º cumpleaños.
La gorila es famosa por saber el lenguaje de signos americano,
y se le entregó una caja con gatitos de los que podía elegir dos
(el resto fueron adoptados en buenos hogares).
Koko recibió su primer gato, “All Ball” en 1984,
cuando explicó con signos que quería uno y no quedó satisfecha al recibir un gato de juguete.
Koko vive en la Fundación Gorila de Redwood City, California, con su entrenadora Francine Patterson. Según Patterson, Koko puede entender 2000 palabras en inglés y se comunica con sus entrenadores utilizando más de mil signos del “Lenguaje de signos de gorila”.
Cuando Koko supo que All Ball murió, ella lloró e hizo con signos “gato dormir”.
¡Como tienen que aprender los Humanos de Koko!
Con el Tiempo, Aprenderás.
"Un día te darás Cuenta que NO eres una Sobreviviente Más,
Sino una Guerrera, que Nunca se Rindió"
SkyWolf @ es 1
En primer lugar soñó que iba a una academia para aprender algún cursillo laboral. Y se sorprendió al encontrarse a sus antiguos alumnos, que ahora tenía de compañeros. Sin embargo cuando empezaron las clases, Taimades demostró ser un alumno muy travieso y se entretenía hablando con sus antiguos alumnos, ahora compañeros, que logicamente no podían resistirse a reir las gracias de Taimades. Así que su profesor lo cambió de asiento, a uno que estaba delante del todo, aunque también apartado hacia un lado, lejos de la mesa del profesor.
Pero Taimades no se quejó porque tenía un pupitre muy grande, que de hecho era una mesa de piano, instrumento que aunque no sabía tocar en su vida vigil, sí parecía saber en sueños. Entonces giró la cabeza hacia atrás y se puso a espiar a sus compañeros, de una forma que no podía haberlo hecho siendo profesor. Y se dió cuenta que muchos de ellos eran tramposos, con los exámenes y otras muchas cosas, y que malgastaban el tiempo de sus clases tramando trampas, cuchicheando entre ellos. Y Taimades se dió cuenta de que el mundo laboral a donde quería llegar estaba copado por alumnos como esos, tramposos. Y no se arrepintió en absoluto por su contundencia y los bochinches que provocaba al poner ceros a alumnos que pillaba copiando, cuando era profesor. Aunque todo parecía ya inútil en un panorama laboral corrupto.
Y a continuación, tuvo otro sueño, donde apareció "esa persona", pero sin ningún disfraz. Y le dijo que en ese sueño, él se iba a convertir a todos los efectos en "su novio". A Taimades le hizo mucha gracia aquello, y de repente se encontró dentro de su habitación. Era muy luminosa y bien ventilada, muy ordenada. No obstante en esa casa solo vivían mujeres, porque solo tenía hermanas. No se sabe si quiera si tenía una puerta, Taimades solo vió las jambas blancas de madera, pero no la puerta, que se abriría hacia afuera o simplemente ni existía. A Taimades le hacía todo mucha gracia y reía mostrando sus fauces, sin importar las preocupaciones de esa persona, que desde la puerta intentaba dar instrucciones sobre que debía y no debía hacer, decirle o no decirle, a su mamá. Taimades no hizo caso y siguió riendo, se sentó en una silla que parecía de estudiante, de esas plegables de plástico negro y conexiones metálicas.
Taimades hizo un movimiento sentado en la silla y ésta se descuajeringó, ya que Taimades era mucho más fornido que esa persona, y aquella no era una silla viril, parecía más de adorno. Pero él dijo que la arreglaría, que haría una de sus chapuzas y que además quedaría más resistente. Ante las intenciones de Taimades de convertir su habitación en una sala de bricolajes, esa persona decidió apaciguar a Taimades poniéndole canciones, ya que tenía un aparato de música. En primer lugar le puso "Stay" de Rihanna, y acto seguido se dispuso a ponerle otra canción que se titulaba igual pero que era de otro autor. Entonces el muy taimado, dijo que él le iba a poner una mucho mejor, y en el repertorio musical buscó R.E.M. y le puso la canción "Let me in". Cuando Taimades despertó de su sueño, buscó logicamente la versión traducida, sobre todo de la canción de R.E.M., que tenía olvidada. Efectivamente, la visión de Taimades era diferente. No quería quedarse, sino entrar, avanzar hacia esa luz através de ella. Conceptos muy opuestos, quedarse-entrar. ¡Tus sueños son muy profundos, Taimades!
R, "Stay" subtítulos: https://www.youtube.com/watch?v=ah5gbam28yo
REM, "Let me in" subtítulos: https://www.youtube.com/watch?v=25KvYEiQpxs
JoseUser12 @ es 1
Nivel legendario: 5
Que descanses, que se te ve nervioso. Evita al gato negro y los lugares sísmicos...
JoseUser12 @ es 1
Nivel legendario: 5
Ahora mismo diría...
Buenas Tardes!
Con el Tiempo, Aprenderás.
"Un día te darás Cuenta que NO eres una Sobreviviente Más,
Sino una Guerrera, que Nunca se Rindió"
SkyWolf @ es 1
Soñó por la noche con su antiguo caserón, un pabellón militar a los pies del cuartel de Regulares... Taimades tenía su habitación, muy grande, en el piso de arriba. Tenía un patio cuajado de "galán de noche" y buganvilla entremezclados, y la gran azotea daba al jardín del cuartel que también se encontraba en altura separado por la carretera. Taimades había estudiado la musicalidad que emitían las distintas palmeras de ese jardín, y el paso de la luna creciente o menguante através de los troncos. El jardín tenía una fuente con una gran concha de fantasía, garitos decorados con teselas de colores... Las palmeras que arrojaban dátiles como si fueran látigos sacudidos por el viento, también hicieron llegar en ocasiones al camaleón, al cual Taimades había devuelto volando haciéndolo caer sobre la hierba seca, mejor suerte que la de caer en manos de sus "perritas", dos chuchazas que sacó de la perrera. Allí también tenía un voladero lleno de agapornis. Pero en su sueño ya nada de eso estaba...
Taimades evitaba subir con la bicicleta por la cuesta por el lado de su antigua casa, con la puerta tapiada, por nostalgia, también a sus chuchas y a sus pajaritos, que inspiraron los símbolos de su blasón. Su abuelo materno había pertenecido al cuartel. Superviviente de la guerra donde combatió, inspiró en Taimades un profundo antibelicismo. Tras sobrevivir a la juventud y al melonar extremeño, había bajado a Sevilla para alistarse en la Legión, pero era solo un niño y le rechazaron. Cosa que no ocurrió en Regulares. Con varias medallas al sufrimiento se salvó por poco de las amputaciones, lo que hubiera arruinado su futuro. Y acabó casándose en Melilla con una rubia medio argentina, una sagitario con la mente un poco delicada, si bien él que era un leo de terrible carácter, hizo de contrapeso. Sus superiores sentían envidia de un militar de rango inferior con un uniforme cuajado de medallas. Le dieron el trabajo más peligroso, conducir solo el camión con el dinero con que se pagaba a los cuarteles en el Protectorado. Incluso de casado tuvo encontronazos con sus superiores, que lo mandaron durante mucho tiempo a los cuarteles de Marruecos, separándole de su familia. Entre eso y el asunto de su padre, que también había empezado en Regulares a pesar de haber sido su padre jefe en el cuartel de Caballería... No vivió ese otro abuelo para ver a su hijo mandando accidentalmente el Tercio, pero lo usaron entonces como chivo expiatorio para tapar un marrón. Eso tuvo consecuencias directas para Taimades e indirectas a lo largo de su vida. Y acabó aborreciendo tanto a la guerra como a la clase militar. Las gatas iban tras los uniformes militares del padre de Taimades escondidos en el armario, que tuvo que cambiar de sitio. En invierno, Taimades respondió a un comentario de su padre sobre los catalanes, recordando el hecho por mucho que solo fueran los pobres los que fueran alistados, los muchos que murieron defendiendo el castillo del Gurugú, y que les hubiera gustado pensar que todo fué para algo... Y le contestó que ese castillo había estado al mando de la segunda bandera de la Legión en otros tiempos, la suya... Y Taimades estuvo recordando sus viajes en bicicleta, el interior del castillo, sus paredes, y el trono de coral blanco. Y todo encajaba...
(esta es la curva de las mariposas, donde se huele el árbol de la vida,
la tierra es roja entre esas piedras, las plantas aromáticas narcóticas,
el deseo de quedarte en ella, el miedo por la ausencia de dolor,
y la rampa que conduce a los últimos árboles y al enfrentamiento
directo con el Tirano)
Pero en su sueño, el pabellón militar había cambiado mucho. Cierto es que todos los techos se comunicaban, y acabaron llegando por allí dos señoras perdidas, ni más ni menos que subidas a un coche... Cierto es que Taimades sacó del patíbulo a sus dos chuchazas para proteger la azotea, ya que una noche intentaron asaltarlo forzando los hierros de una ventana. La policía saltó de azotea en azotea y pilló a seis individuos, uno de ellos escapó saltando. Pero no tenía mucho sentido ver por esas alturas un coche. Y es que en su sueño, Taimades había mezclado los exteriores de la casa con los de la Hípica y esa otra casa donde había vivido su padre y con la que sin saberlo, había soñado. Y dado el abandono de aquellas casas y aquel cuartel, de donde procedían estos individuos ya que había sido abandonado, el coche se había perdido por esos lares. Por culpa de unas obras Taimades tuvo que subir en bici por la carretera de esa casa en alguna ocasión, y se fijó que las palmeras al menos todavía existían. Porque todo lo demás fue desvalijado, incluso acamparon y se les incendió la chabola, quemando todo por debajo y dejando la parte de abajo de las palmeras, negra y quemada. Incluso mataron a la hiedra que otrora los soldados tenían que cortar porque trepaba por la palmera, y pocos camaleones sobrevivirían...
Taimades miró a las dos mujeres tras la rendija de sus postigos como si fueran dos víctimas que hubieran caido en su emboscada. Pero después se apiadó de ellas y salió para ayudarlas mostrándoles la salida. Tiempo atrás Taimades había soñado con unos hermanos que vivían ahora en su casa, que en realidad eran unos vecinos, que tuvieron un final algo triste y que no se va a comentar. Curioso otra vez, lo de dos mujeres perdidas en sus sueños...
A la hora de comer, Taimades volvió a escuchar el mismo programa de radio del día anterior, con la misma temática feminista, sobre el divorcio de una tal "de Pedraza", por un escritor que se estaba haciendo autopropaganda y que encontró haciendo su tesis su caso en un archivo, y con voz de manso corderito y diciendo como se le saltaban las lágrimas, se estaba dedicando a ganarse la vida con eso. Pero al día siguiente trajeron a otro con una voz mucho más linda que empezó a hablar de "la victoria de Samotracia" y su inspiración en Hermenegilda y otra apología feminista de la misma, comentando la presentadora que se le "ponían los vellos de punta". Tal cinismo y tanta mentira despertó algo de ira en Taimades, pero no por el derecho que tiene todo el mundo a ganarse la vida como puede, sino al daño que el periodista primermundista hace con sus mentiras, abocando a la gente a la realidad que podemos ver cotidianamente, lejos de hacer el bien, haciendo el mal, y aprovechándose de ello con una sonrisa burlona de desprecio al oyente, que en su ignorancia recibe tanta "cultura"...
Aquello se tradujo en una tarde infernal de bicicleta donde Taimades aumentó el desarrollo de la bicicleta en las cuestas de menor consideración, sin darse la menor de las treguas, sin importarle el fuerte viento de levante. Ya la tarde anterior había estado surfeando olas, tan grandes y desordenadas que le encontró dar con la suya y fue previamente sobrepasado por una que lo arrastró, aunque supo en la voltereta impulsarse con una mano para girar del todo. Taimades sabía aguantar la respiración sin nerviosismos, no obstante es el secreto del nadador para conseguir tan buena aerodinámica, mover lo menos posible la cabeza para respirar. Y tener muchos glóbulos rojos. Aquella tarde no pudieron sacar a la patrona del los marineros en su paseo marino. Taimades pasó por la orilla y la gente se conformó con el desfile por el paseo marítimo. La tarde caía, Taimades miró a la Mujer Dormida, vió las nubes que penetraban en el castillo, y recordó como se deshacían entrando por los vanos. Y también el himno que estaban entonando los árboles. Y le pareció que todo estaba en su sitio, que no era necesaria ninguna ceremonia, y que los asistentes pudieran estar más atentos a con quienes dejan a sus hijos cuando salen, las titas, las hermanas, las yayas...
Las olas en realidad seguían igual de salvajes que el día anterior por culpa del viento todavía reinante. Seguramente mañana serán más regulares y puede que elevadas. Los surfistas estaban agotados. Taimades volvió a buscar su ola, y de nuevo a primeras de cambio fue igualmente zarandeado, pero usó igual de bien su brazo, ya que no conviene que la cabeza golpee con nada, nunca se sabe. Tuvo que esperar pacientemente descartando olas, mientras la marea le aproximaba cada vez más a la zona de las rocas y de los surfistas de la tabla. Pero finalmente apareció la que esperaba Taimades, que cuando salió por la orilla agitando su obeso y tambaleante cuerpo debido a la agitación marina, provocó una mirada de estupor por parte de las señoras que estaban bajo las sombrillas. Taimades se sintió muy viril y satisfecho. Y a pesar de ser un nefasto novio en sueños, cosa que de seguro que no se va a repetir dado el fracaso rotundo, llegó a casa con mucha hambre y mucho sueño. Dispuesto a soñaaaaaaaaaaaar...
JoseUser12 @ es 1
Nivel legendario: 5
Ahora mismo diría..
Buenos dias...
Ciertamente,
la temática y la letra de la canción, me han gustado
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Con el Tiempo, Aprenderás.
"Un día te darás Cuenta que NO eres una Sobreviviente Más,
Sino una Guerrera, que Nunca se Rindió"
SkyWolf @ es 1
Pasó por el chiringuito de playa, cuyos jolgorios ya van dando sus últimos extertores, pero conservaba todavía el volumen aturdidor que acompaña a las bebidas. Taimades se acordaba de esa persona o más bien de sus reflejos fantasmagóricos y miró al interior. Los individuos llevaban la barba sin afeitar desde el viernes. Taimades tenía muy buen oido, y días antes había escuchado una conversación que mantenían dos sujetos de la misma apariencia, sobre "peleas", sobre si habían estado presos, y sobre lo "peligroso" que resultaba "el cubano". Taimades podía ser cruel, pero no discriminador, pues siempre encontraba modelos peores de individuos, como el de su vecino ya fallecido, inducido o "tolerado" por mujeres...
Y Taimades paseó por la orilla reflexionando sobre el antagonismo entre el respeto y la tolerancia, como ésta destruye al otro, se corrompe la ley, y se destruye el sistema, que es lo que en el fondo van buscando las élites. Recordó la película que había visto anoche, "Pan" (de Peter Pan), muy bonita pero politizada al estilo de la de Zipi y Zape. Y Taimades aborrecía a esas personas del primermundismo vigil que vivían de la ignorancia de otras, mientras en su intimidad no pensaban de la misma manera, o incluso eran seres corruptos y malvados.
Las olas ya no eran tan grandes, pero conservaban la misma irregularidad, ya que el tiempo anda muy revuelto y desde hace ya casi un decenio, el levante se solapa al poniente, incluso con violencia, y ya casi no hay calmas. Incluso el Galibier y el Alpe D´Huez parecían estar cerrados por desprendimientos, aunque hacía muchos años que Taimades no seguía el Tour. De vuelta a casa por la misma orilla reflexionó sobre esa persona, que desde luego que tenía que conocer la noche y sus peligros, los cuales tenía que tener plenamente asumidos si es que realmente no disfrutaba de los mismos, o incluso eran una vía de escape para su soterrada violencia, que Taimades solo había visto en sueños...
Hacía no mucho, la hermana de un chico que por lo visto había sido novio suyo en su colegio de monjas, había preguntado por Taimades a su mamá. Ésta le comentó que ella le dijo que opinaba que estaba muy protegido por su madre. Seguramente esa era la comidilla femenina que en sociedad se comentaba sobre Taimades, algún tipo de inmadurez o perversión asociada al apego materno que había hecho inviable que cualquier otro tipo de mujer le hubiera echado el lazo. No obstante la mayoría de sus compañeros habían practicado el "aquí te pillo aquí te mato" indiscriminadamente, y muchos que se habían casado lo habían hecho con bombos por delante, aunque después dejaran bombos por otros lados y fueran coleccionando matrimonios, divorcios, e hijos por doquier. Y Taimades volvió a recordar a su vecino ya fallecido, y ese tipo de guarderías...
Y llegó a la conclusión que la mayoría de mujeres que llevan un estilo de vida parecido al de esa persona, acaban como su vecina. Y la mayor parte de las mujeres como la que hizo ese comentario a su madre, acaba como la hermana de su vecina, casada y con niños pequeños, visitando y disfrutando con el novio de su hermana, y mezclando a los niños en el juego. Taimades sentía ira. Quiso pensar en su novia la bicicleta, y burlarse de todas las mujeres. Pero volvieron a su recuerdo otros pensamientos. Taimades conocía a algunas amigas de esa persona, en los tiempos de juventud. Una de ellas vivía en el mismo portal de un amigo muy malo que tuvo... No parece que tuviera hermanos, vivía con su madre divorciada aunque había un señor que por las noches entraba en el piso y hacía visitas. Una noche, Taimades la vió salir del portal y meterse diligentemente en el asiento trasero de un mercedes negro, con dos cuarentones seguramente del país vecino. Tendría unos 15 añitos, pero era rubita y delgada y aparentaba menos (también tenía gafas y nariz de bruja, una jovencita bastante fea).
Mientras la comidilla de las féminas de su ciudad circulaba por los corrillos diciendo que Taimades tenía un abuso de amor materno, ya que no habían podido adjudicarle ningún otro tipo de desviación o maldad, Taimades pedaleaba por los senderos de la ira, con la única novia que había tenido. Una novia de acero, con heridas de viejas caídas por las que rezumaba la oxidación. Através de cuyo manillar sin tapones, aullaba el viento. Taimades eligió la Montaña para sus aventuras, y el camino correcto, el del escarabajo y el caracol. Hubiera sido mucho pedir que esa persona le hubiera acompañado en esas aventuras, incluso con el velero. Pero ella prefería el camino de la noche, de las bebidas, la música atronadora y las almas que la pueblan, con sus ventajas e inconvenientes, asumidos. Ese era el camino de la vanidad, que a la mujer puede excitar todavía más que la lujuria. El único infierno que existe, el que el ser humano crea así mismo en este mundo... Pero ya vimos, como muy bien reflexionó Taimades, que entre ella y las demás no hay tanta diferencia, pues ellas confluyen en los mismos niditos disfrutando del mismo "novio", donde también abandonan a sus niños. Y entre ellos y otros tipos de hombre, tampoco había tanta diferencia, sus esclavos.
Cuando la Montaña mostraba sus curvas cerradas y empinadas, Taimades las atacaba por dentro, porque confiaba y se entregaba al Tirano. Cuya ira completaba sus pedaladas, porque seguía el camino correcto, el del escarabajo y el caracol. Sin embargo para el primermundista exaltado (o la primermundista exaltada), dicha ira no sería interpretada de la misma manera. Desastres, calamidades..., la enfermedad y la muerte. Pero la única diferencia entre los caminos infernales que recorrían Taimades y los demás, era que el taimado seguía el camino correcto. Y al final la Montaña siempre le recompensaba...
JoseUser12 @ es 1
Nivel legendario: 5
la desesperación, el miedo, la impotencia, la debilidad y la ignorancia hace que la humanidad se caiga a cachos
Mi historia
Capitulo 1: http://notes.io/wAvn
Capítulo 2: http://notes.io/wAbB
Capítulo 3: http://notes.io/wABa
Ahora mismo y rapidito.
Buenas Tardes.
Con el Tiempo, Aprenderás.
"Un día te darás Cuenta que NO eres una Sobreviviente Más,
Sino una Guerrera, que Nunca se Rindió"
SkyWolf @ es 1
"There is no such a thing as an empty space or an empty time. There is always something to see, something to hear"
"To pay attention, that is our endless and propper work"
"No existe tal cosa como un espacio vacío o un tiempo vacio. Siempre hay algo que ver, algo que oír"
"Prestar atención, ese es nuestro interminable y apropiado trabajo"
Ahora mismo diría...
Buenas Noches
Y
¡Felices Sueños!
Con el Tiempo, Aprenderás.
"Un día te darás Cuenta que NO eres una Sobreviviente Más,
Sino una Guerrera, que Nunca se Rindió"
SkyWolf @ es 1
Los sueños "modernos" de Taimades no eran nada en comparación con sus "antiguos". Ya que con ellos se podían escribir los peores relatos de terror imaginables. Eran sueños relativos a "esa persona". Que era y es una amante de la calma y el sosiego, y en casi todos sus sueños, aparecía contemplativa, recreándose aislada en algún conjunto de hierbas o sotobosque que crece en el suelo, y el espectáculo que se desarrolla en el mismo. Pero todo era un sistema para evitar un trasfondo de violencia, como jamás pudo haber imaginado Taimades. Que tampoco la había llegado a ver nunca violenta. Por tanto era algo que ella le ocultaba.
Tiempo atrás, Taimades escribía sobre sus sueños, inocentemente sin saber lo que se le podía venir encima. No solo en la vida vigil, sino también en sueños. Por no abusar, no se va a citar aquí el primer sueño, relativo a la mujer con el casco de madera con forma de búho. Si acaso decir, que probablemente le preparó o armó para resistir o al menos sobrevivir a lo que se le avecinaba. Y hay que tener en cuenta que tales cosas y tales molestias, no se tienen en vano... Taimades ya había escrito su historia abominable de terror e intentaban tejerle telas de araña en el mundo vigil. Pero lo peor se le presentó en un sueño, sin que él todavía pudiera entender con qué o quién se había encontrado. Por suerte Taimades no era religioso en sentido estricto, de lo contrario hubiera confundido a quién realmente se trataba con el diablo. Aunque bien es cierto que no hay más diablos que los que nosotros creamos. Y aun así, el sueño relatado a continuación, es espeluznante.
Taimades avanzaba por un paisaje dominado por una luz crepuscular, un llano. No había nada excepto troncos rotos de árboles totalmente quemados, chamuscados. En el horizonte apareció una llama. Avanzó hacia él zigzagueante por el suelo, mejor dicho de forma errática, y se fue haciendo cada vez más grande conforme se acercaba a él. No fue hasta tenerla ya muy cerca, que se vió en ella lo que parecían dos extremidades de los brazos, e incluso mirando detenidamente, dos rajitas oscuras que pertenecerían a los ojos. Pero las proporciones de los brazos serían el triple que las de un humano. Más que de un gigante, parecía de un ser muy grueso en proporciones. Sin mediar nada más comenzó a golpear a Taimades con un brazo y con otro, a un costado y a otro de Taimades, que sentía que no podía hacer nada ni mostrar violencia, ni si quiera se sentía indefenso, era algo que asumía. Los golpes fueron extraordinariamente fuertes, Taimades sintió la fuerza de un coche estrellándose a toda velocidad contra su cuerpo a cada golpe. Y si pudo resistir aquel palizón, fue porque se trataba de un sueño... A golpes fue haciéndole retroceder, hasta un lugar donde los árboles no estaban quemados. Entonces le lanzó volando de un golpe al otro lado de los árboles, y se detuvo... Desde el suelo, Taimades se revolvió para mirar con descaro a su agresor. El rostro de la enorme llama resultaba femenino, pero desorbitadamente grande. Taimades se fijó en sus ojos como suele hacer en sueños cuando quiere escudriñar profundamente a alguien. Pero al hacerlo, descubrió dos infinitos en esos ojos oscuros. Estaban huecos y el infinito se precipitaba através de ellos, nunca encontró un vacío semejante en sueños. Despertó totalmente bocabajo, y mientras lo hacía sintió como si le estuvieran presionando todos los huesos de su cuerpo, un dolor tan intenso como si se le fueran a romper, y si hubiera sido un recién nacido, hubiera roto a llorar.
Fue en un sueño moderno, que Taimades se encontraba en una especie de mausoleo, en un gran templo de aspecto clásico, abierto y monumental, en el centro y él solo. Pero abandonó ese sueño maravilloso para entrar en un edificio alto y con un ascensor. Todas las ventanas daban al mar y parecía un barco flotante. En el recibidor había un salón con unos sofás y en ellos había sentados tres jóvenes. Una pareja de jóvenes estaba bastante cariñosa, la tercera era una acompañante, de piel y ojos claros y pelo negro que descendía en largos mechones ondulados que parecían naturales, y no fabricados por rulos. Cuando los cuatro subieron en el ascensor y Taimades empezó a tener fantasías, lo lógico es que el sueño hubiese acabado, ya que todas sus fantasías suelen quedar en eso. Sin embargo fue una excepción, y el muy taimado se les presentó y propuso unirse a la comitiva, y los cuatro juntos se metieron en un apartamento. Mientras los novios empezaron a lo suyo, Taimades se centró en la otra, que por lo visto decían que era muy sensible y una especie de vidente. Pero lo más extraño es que Taimades estaba empezando a realizar cosas en sueños a donde antes dificilmente llegó. Y se lo estaba pasando bien...
Sin embargo el viento parece ser que cambió, y la de las ondulaciones en el pelo ordenó que todos parásemos porque notaba que un mal terrible se dirigía hacia ellos y que debían huir de inmediato. Se desató el pánico y vistieron enseguida. El ascensor estaba estropeado, pero Taimades abrió la puerta y tiró a pulso de los cables hasta subirlo, con una fuerza sobrehumana que impactó a los otros que se apartaron cierta distancia. El tiempo justo para subir y huir, porque ya por las escaleras, llegaba eso que tanto temían... Tal calor despedía, que se veían ondas de calor tórrido subir por las escaleras por donde ya estaba al llegar, y el calor se extendía después por los pasillos levantando viento sofocante. Y aunque creyó huir junto al resto de soñadores que tuvieron que resistir aquella calamidad, Taimades recordó su sueño de años anteriores. Y se dió cuenta de que se trataba del mismo ser.
¿Esa persona? Hubiera sido un ataque de celos. Aunque Taimades nunca hubiera esperado eso, sobre todo porque en su juventud nunca hubo, por ejemplo con una amiga suya que siempre se inmiscuía en sus aventuras. Y sin poder saberlo, Taimades descubrió en sueños que los celos de las mujeres no funcionan como los de los hombres. Suerte que para entonces Taimades ya había avanzado mucho por el sendero de los sueños y el del escarabajo y el caracol. De lo contrario, al ser consciente de esos celos, al darse cuenta que sus fantasías, deseos o sueños podían ser percibidos, y sobre todo, de quién se trataba la espantosa llama que lo había tratado con tanta violencia... Hubiera entrado en pánico. Fue un gran punto de inflexión en sus sueños. Le hizo razonar muchas cosas, que de nuevo encajaron con sentido.
Pero sobre todo se preguntaba todavía cual sería su papel en todo eso. Por qué esa persona tenía tal grado de violencia. Qué aspecto tendría él mismo ante otros soñadores o ante esa persona. Todo entroncaba con su sueño inicial. Pero todavía había misterios, que seguramente serían desvelados en sueños, o incluso en la vida vigil. Tanto esfuerzo y visiones no podían ser en vano. Y a partir de aquí, el silencio, siguiendo el consejo en otro sueño, de administralos gradualmente. Taimades descubrió al menos la diferencia entre la ira y la violencia. La violencia de Taimades era un misterio porque nunca se había desatado en sueños, quizá era todavía más peligrosa. Por eso solía andar solo en sueños, más todavía que esa persona, y ningún soñador pesado le molestaba. A veces incluso se quedaban mirándole a la cara como si le conociesen, pero se apartaban y no interrumpían sus sueños.
JoseUser12 @ es 1